martes, 2 de noviembre de 2010

Los beneficios de decir "muchas gracias"

Un estudio refleja que expresar gratitud beneficia tanto a quien lo hace como a quien lo recibe. Hay muchas cosas buenas en la vida y ser agradecido es uno de ellos, no es sólo parecerlo sino que hay que tratar de ¡serlo!

Para muchos es muy fácil dar las gracias cuando prestan un servicios o si reciben alguna ayuda, pero no todos actúan de la misma manera. Y es que la gratitud se entrelaza permanentemente con el respeto y calidad humana y, desdichamente, no todos tienen la suerte de ser educados desde niños para poder ser agradecidos cuando se es mayor.

Ser agradecido no significa devolver un favor. El agradecimiento no es pagar algo que debemos, sino reconocer la generosidad ajena. La persona agradecida tiene gestos importantes con aquellos que lo tienen en cuenta pero no para devolverle la atención "y quedar a mano" sino, porque es movido por el amor que le provoca el otro y desea recompensarlo.

Es más, la persona agradecida puede actuar perfectamente igual aún con aquellos que no han hecho nada para merecerlo, simplemente porque ha aprendido a amar y respetar la vida humana. Resulta importante destacar que la gratitud no sólo es bueno para quien lo recibe. También quien lo ejerce, recibe beneficios.

Fortalece la relación y une a los individuos, porque hace que la persona que da las gracias se sienta más responsable del bienestar de los otros, ya sea su pareja, vecino o su amigo. La gratitud cuando se expresa mejora ese sentimiento comunal. Esto tiene sentido porque cuando uno manifiesta su agradecimiento hacia alguien, se centra en las cosas buenas que ha hecho esa persona, demostrándole así que ha procedido bien, y que con el agradecimiento le está diciendo que siga haciéndolo.

El que recibe el agradecimiento, se siente útil, conforme, alimenta su ser personal, lo conduce a la emoción temporal, todo su cuerpo se siente bien elevando su autoestima, y se ve estimulado interiormente a seguir realizando lo que ha hecho bien, y por el cual ha recibo el agradecimiento.

Por eso es sumamente importante enseñar a nuestros hijos, a ser agradecidos desde pequeños, no sólo con uno, sino con todo el mundo. Recordemos que el mejor modo de enseñarles es con el ejemplo; hay que demostrarles cómo se debe comportar con el semejante. Tomando nosotros la iniciativa, en presencia de los niños; saludar amablemente, ayudar a quien lo necesita, dar consejos sanos, utilizar palabras adecuadas y cariñosas, para que los ñiños vean y aprendan con el buen ejemplo, es la mejor manera de transmitir una educación.

De esta manera nos ayudará mucho a crecer, a construir, a avanzar y sobre todo; ser mejores como individuos en una sociedad donde muchas veces no se tiene en cuenta el ser agradecido. Un niño bien educado y agradecido, será en el futuro un ser humano útil a la sociedad y si recibió amor desde la infancia, cuando sea mayor será capaz de devolver amor y agradecimiento.

Con otras palabras, el agradecimiento no es pagar algo que debemos, se trata más bien de reconocer las atenciones y muestras de afectos de alguien que nos ha hecho el bien. Es decir, valorar la generosidad ajena, la atención que han tenido con nosotros. Con ello, dejaríamos de lado las múltiples quejas, el inconformismo, las críticas, y sobre todo, el resentimiento.

El agradecimiento nos hace sentir poderosos y que somos mejores personas, permitiéndonos disfrutar a plenitud de toda la creación Divina. Por lo tanto, es importante expresar y retribuir con un reconocimiento sincero. No cuesta mucho decir aunque sea un "gracias".

Para los que creemos en Dios sabemos que Él nunca deja de darnos cosas, nunca deja de mimarnos, nunca deja pasar por alto un agradecimiento, es más, quien agradece a Dios, recibe ciento por uno. Y siempre está pendiente de nosotros, sin embargo, a nosotros nos cuesta tanto darle gracias a Dios por todo lo que nos da todos los días; por un nuevo amanecer, por el sol, por la lluvia, dar gracias por el alimento que recibimos diariamente, que aveces nos transformamos en "perfectos desagradecidos".

Por eso yo pienso lo siguiente: si uno se levanta de la cama todos los días y abrimos los ojos y nos disponemos a hacer lo que hacemos cotidianamente fue porque Dios decidió que así fuera. Él nos regaló este día, con sus cosas buenas y malas, con sus problemas y soluciones. Podemos seguir viviendo y siendo tan indiferentes. Pero, ¿no sería bueno dar gracias a nuestro amado Padre Celestial?

Creo que nada nos cuesta comenzar el día con una palabra de gratitud, con acciones de gracias hacia Su persona. Eso nos ayudará con nuestras cargas diarias, y veremos que Dios no es indiferente cuando le damos gracias. Es más nos llenará de alegría, y nos contagiará su bondad.

Las acciones de gracias nacen primero en lo más profundo de nuestro corazón, circulan en nuestra mente y lo expresamos en palabra con nuestros labios. Esta gratitud implica algo más que pronunciar unas palabras de manera automática, sino que responde a aquella actitud que nace en nosotros, en aprecio a lo que alguien ha hecho algo por nosotros. Ser agradecidos nos lleva a ser mejores personas y a disfrutar mucho más de la rutina de todos los días, de los niños, el colegio, de quien tengo esposa o esposo, de cocinar para ellos etc.

Que nuestros labios se llenen de acciones de gracias y nuestra vida se llenará de un aroma nuevo, atrayente y se notará el cambio en nosotros. La persona que más sirve para esta vida es la que sabe ser más agradecida.
Un estudio probó que mostrar gratitud hacia otra persona ayuda a fortalecer las relaciones, ya sea de pareja, de vecinos, de amigos, de hermanos, de hijos, de padres. Además dicho estudio demostró que las personas que reciben las palabras de agradecimiento sienten a menudo la necesidad de hacer lo mismo. También quieren demostrar su gratitud.
Esto se puede convertir en una especie de espiral ascendente. Es decir si todos los seres humanos, son más agradecidos, se inspiran unos a otros a hacer lo mismo, y se contagia una manera excelente para poder ser más felices y para poder ser más tolerantes y soportarse los unos a los otros.

El mismo estudio demostró que los hombres son más duros, más renuentes a dar las gracias que las mujeres. Por sobre todo los hombres solteros les costaba más expresar gratitud. En cambio las mujeres solteras, eran un poco más agradecidas. Todo cambiaba cuando se trataba hombres y mujeres casados y con hijos, ambos eran agradecidos, y éste agradecimiento si se expresaba de manera regular, hacía que sobrellevaran con más alegría los problemas que tenían que enfrentar diariamente; en la crianza de los hijos, el educarlos sanamente, el traer dinero a casa, en la relación de pareja etc.

La forma para vivir el valor del agradecimiento tiene algunas notas características que implican:

Reconocer el esfuerzo de los demás cuando nos proporcionan ayuda.

Acostumbrarnos a dar siempre las gracias.

Tener palabras y actitudes amables con el prójimo.

Tener pequeños detalles de atención con todas las personas:
acomodar la silla, abrir la puerta, servir un café, colocar los cubiertos en la mesa, un saludo cordial...

Las personas que más sirven para vivir son las que saben ser más agradecidas. No debemos olvidar que nuestro agradecimiento debe surgir de un corazón sincero, a veces cuesta serlo, pero practicándolo diariamente llegaremos a ésa meta. Es cuestión de empezar a quererlo. Sí yo "quiero y lo puedo".




Si todos los días tomamos la buena costumbre de ser agradecidos experimentaremos algo maravilloso que no hay dinero que pueda comprarlo.