sábado, 2 de octubre de 2010

El Poder del Abrazo. Abrazo-terapia.

Todos los seres humanos necesitamos del contacto físico con otras personas.
Según los expertos, la terapia de abrarzo produce una sensación de bienestar que puede reducir la presión arterial, la ansiedad, el estrés y la depresión. Se ha descubierto que un abrazo recibido en el contexto adecuado puede liberar endorfinas.

Por ejemplo en los brazos de la persona que amamos. Las endorfinas son liberadas por el cerebro humano, ayudan a eleminar el umbral del dolor, aumentan la sensación de placer y felicidad e, incluso, retardar la sensación de fatiga. En los últimos años una terapia conocida como “Abrazo-terapia”, se ha instalado dentro del grupo de las terapias alternativas o complementarias con muchos resultados benéficos para la salud general, basada en su capacidad para elevar las defensas orgánicas, estimulando al “ser emocional” positivamente.

“La Terapia del Abrazo” explica que los abrazos ayudan no sólo a sentirnos bien, también favorece el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, a superar los miedos y es un factor anti-envejecimiento.
Los abrazos brindan una sensación de seguridad y afecto, que al ser recibido estimula el sistema endocrino, llevando a generar y liberar los mensajeros químicos (hormonas), que pasan a regular todos los sistemas orgánicos, favoreciendo en forma general la salud.

Además, puede disminuir el apetito, combatir el insominio, reducir la tensión y alentar el altruismo y la autoestima. El contacto físico del abrazo llena de energía tanto al que abraza como al que recibe el abrazo. Como terapia su aplicación tal vez es relativamente nueva, pero su origen se remonta al origen del hombre, ya que al momento de nacer lo primero que recibimos es un abrazo, que brinda calor y protección, traduciéndose en lo que la humanidad llama “amor”, y quien nos abraza en primer lugar es nuestra madre!

En sus brazos sin saberlo estamos tranquilo, tanto es así que el bebé se relaja, y emocionalmente comienza a sentirse seguro. Los abrazos pueden darse entre amigos, padres e hijos, novios, esposos o compañeros de trabajo, y no se necesita un lugar específico para darlos.
Pueden expresar alegría, fraternidad, cariño, bondad, gratitud, amistad, amor, placer, satisfacción, camaradería, solidaridad, bienvenida, despedida, complicidad, afecto, ternura, paz, aceptación, consuelo, consideración, comunicación, apoyo, simpatía, confianza, seguridad, protección y hasta admiración.

Se recomienda recibir de cuatro hasta doce abrazos diarios para contribuir de manera significativa a la salud en general de las personas.

¿Qué beneficios representa un abrazo?

Seguridad:
No importa cuál sea nuestra edad ni nuestra posición en la vida, todos necesitamos sentirnos seguros. Si no lo conseguimos actuamos de forma ineficiente y nuestras relaciones interpersonales declinan.

Protección:
El sentirnos protegidos es importante para todos, pero lo es más para los niños y los ancianos quienes dependen el amor de quienes los rodean.

Confianza:
La obtendremos de la sensación de seguridad y protección que recibimos. La confianza nos puede hacer avanzar cuando el miedo se impone a nuestro deseo de participar con entusiasmo en algún desafío de la vida.

Fortaleza:
Quizá pensamos que la fortaleza es una energía desarrollada gracias a la decisión de un individuo pero siempre podemos transmitir nuestra fuerza interior convirtiéndola en un don para el prójimo para confirmar y aumentar la energía ajena. Cuando transferimos nuestra energía con un abrazo, aumentan nuestras propias fuerzas.

Sanación:
Nuestra fortaleza se convierte en poderosa energía curativa cuando la transmitimos por medio del abrazo.
El contacto físico y el abrazo imparten una energía vital capaz de sanar o aliviar dolencias menores.

Autovaloración:
El reconocimiento de que valemos para "algo" es la base de toda satisfacción y todo éxito en nuestra vida. Mediante el abrazo podemos transmitir el mensaje de reconocimiento al valor y excelencia de cada individuo.

El abrazo como terapia en los niños.

La terapia del abrazo es una técnica práctica para las madres que pretenden conseguir una relación más estrecha con sus hijos.
La relación padre e hijo varón aveces es difícil y hay distancias entre ellos, y mediante el abrazo, el hijo varón adquiere confianza con su padre y éste se acerca, a su hijo, llegando a mantener una comunicación aveces hasta sin palabras, solamente media el abrazo.
El padre debe ser consecuente y cariñoso con hijo varón, demostrándole que lo ama.

Esta técnica maximiza el desarrollo intelectual y emocional.
El abrazo mejora la autoestima, resuelve problemas y habilidades comunicativas.
Incrementa la habilidad del niño para establecer relaciones interdependientes.
Los niños aprenden a verbalizar su angustia interna sin dificultad.
Los padres, estaran sorprendidos al descubrir lo que sus hijos han estado reprimiendo en su interior.

La evidencia demuestra los efectos nocivos y perjudiciales del "estrés" sobre el desarrollo del cerebro.
Para un niño, que padece de estrés es habitualmente un ser poco comunicativo, aislado, y muestra desinterés por casi todo.
En un mundo ideal, las madres mantendrían a sus hijos pequeños cerca de ellas en todo momento, reconociendo sus necesidades y regulando su comportamiento de manera consistente y constante.
Mediante el abrazo, proporcionaría al niño un estado de tranquilidad, condición óptima para aprender y para hacer frente a emociones fuertes.

Durante el abrazo, la madre y el hijo experimentan la alegría del amor recíproco, se sienten unidos, se besan, se escuchan, se acarician y hablan sin barreras. Esto hace más profundo sus lazos mutuos de confianza.
Su autoestima crece por haberse sostenido mutuamente a través de un tumulto emocional.
Un niño qué sabe que su madre siempre le amará y que nunca le abandonará crecerá feliz, y cuando sea mayor será capaz de devolver el amor recibido en su niñez.
Por eso es tan importante educar a los niños con amor, compresión y escuchar lo que nos dicen.

Los mejores antidepresivos.

El abrazo como terapia fue descubierto en Nueva York por la doctora Martha Welch de la Universidad de Columbia, quien es la formadora profesional de Katchadourian.
"El objetivo es abrazar a nuestros seres más significativos para restaurar y fortalecer los vínculos a cualquier edad", afirmó la psicopedagoda.
Esta técnica no es tan complicada de realizar, pues lo único que se necesita es tener de frente a las personas afectivas más cercanas para sentir esa unión de amor que sanará las heridas internas.

El abrazo logra la integración humana, es decir, recuperar las piezas del rompecabezas que se necesitan para estar completo, además de reintegrar, rápida y eficazmente, los vínculos consigo mismo.
Así, sanando por dentro, los síntomas y conductas negativas que impedían a la persona vivir plenamente, desaparecerán por completo y esto también se verá reflejado en la salud física.
La terapia del abrazo es el único medio que llega directamente a la herida, llena el vacío y asegura que fluya el amor; un abrazo equivale a tomar un antidepresivo, según la doctora Welch.

Los beneficios de esta agradable actividad son variables:

• Físicos.
Desarrolla las capacidades motoras, fortalece el sistema inmunológico, regula el apetito, ayuda al buen funcionamiento del aparato digestivo, elimina el estrés y regula el sueño.

• Mentales.
Amplía el desarrollo cognitivo, la capacidad de concentración, controla el enfoque mental positivo y facilita el aprendizaje.

 • Emocionales.
Ayuda a identificar con claridad sentimientos y emociones, así como permitir la libre expresión, eleva el autoestima y permite una mayor y mejor socialización.

• Espirituales.
Al estar sanas todas las demás áreas, las personas desarrollan fe y confianza en sí mismo, lo cual luego se traduce en confianza en un ser superior llámese: Dios, Jehová, etc..., según su creencia.
Y está comprobado que la fe en "algo", también ayuda y es tan eficaz con el abrazo.

El Abrazo es la primera forma de medicina y protección que se inventó en el mundo.
Un bebé de cualquier especie se aliviará de todos sus miedos, dudas, frío, nerviosismo.
Un estudio realizado demostró que los bebés huérfanos, que no tenían quiénes lo tuvieran en brazos por faltarles sus madres, y que no recibían caricias, se enfermaban más rápido, y no aumentaban de peso.

 Cuando se les aplicó la terapia del "abrazo", al poco tiempo volvieron a ser bebés sanos.
Esto demostró lo importante que es el ser abrazado por "alguién".
Igualmente, todo adulto se sentirá reconfortado, acompañado, unido, aliviado, con un abrazo sincero.

Los abrazos nos alivian el dolor cuando perdemos a un ser querido o estamos en desgracia, teniendo un gran efecto en la unión familiar, en el estar siempre en los brazos maternos, en volver a nuestras raíces naturales de humanidad.
Calman la ansiedad y hace que no nos siéntamos solos.

Abrace siempre a alguien, comparta su amor, cariño, fraternidad, abrace a un árbol, a su mascota, a sus seres queridos, dígale cuánto lo quiere. 
El amor que damos, vuelve a nosotros multiplicado y nos fortifica.
El amor está al alcance de todos, es universal, es gratis.
Dios nos las regala, y gratis debemos darlo a los que los necesitan.
Tenemos ése poder, el de dar amor, usémoslo para el bien de todos sin medida.
Y dando amor seremos felices recordemos que;
Quien espera que los otros lo hagan feliz, no lo será jamás. Pero sí lo será quien procure hacer feliz a los otros.




 Todos necesitamos ser abrazados, es una condición humana, indispensable. Abracemos nosotros y dejemos que nos abracen.