Anna Marie Jarvis impulsora para que se festeje en todo el mundo el Día de la Madre.
En antigüedad
Las primeras celebraciones del día de la madre se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rhea, la madre de los dioses Júpiter, Neptuno y Plutón.
Los romanos llamaban a esta celebración la Hilaría.
Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se hacían ofrecimientos.
Los primeros cristianos transformaron estas celebraciones a la Diosa Madre en honor a la Virgen María, la madre de Jesús.
En el santoral católico el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, fecha que se mantiene la celebración del día de la madre en algunos países como la Repúblíca de Panamá.
En el siglo XVII, en Inglaterra tenía lugar un acontecimiento similar, honrando también a la Virgen, que se dinominada Domingo de las Madres.
Los niños concurrían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus madres.
Además como muchas personas servían a acaudalados señores, muchas veces lejos de sus hogares, el día era no laborable pero pagados para que pudieran concurrir a visitar a sus familias.
Hacia 1858 tuvo activa participación en la organización de la mujeres para trabajar en la mejora de la sanidad pública en conumidades apalaches durante la guerra civil estadounidense, colaborando también en el cuidado de los heridos de ambos lados de la contienda y, más tarde, organizando reuniones para que los antiguos enemigos se integraran y confraternizaran.
Lucha por el reconocimiento
Anna nunca se casó ni tuvo hijos, y de muy joven perdió a su madre en 1905. Comenzó a enviar cartas a políticos, abogados y otras personas influyentes solicitando que se consagrara Día de la Madre el segundo domingo de mayo, el cual algunos años coincidía con el aniversario de la muerte de su madre.Para 1910 ya se celebraba en muchos estados de la Unión, y en 1912 logró que se creara la Asociación Internacional Día de la Madre con el objetivo de promover su iniciativa. Finalmente en 1914, el Congreso de Estado Unidos aprobó la fecha como el Día de la Madre y la declaró fiesta nacional, lo cual fue apoyado por el Presidente Woodrow Wilson.
Más tarde otros países se adhirieron a esta iniciativa y pronto Ana pudo ver que más de 40 países del mundo celebraban el Día de la Madre como ella tanto quería y en fechas similares.
Un giro inesperado
Sin embargo, la festividad impulsada por Ana Jarvis comenzó a mercantilizarse, de manera tal que se desvirtuaba el origen de la celebración.Esto motivó a que Ana presentara una demanda, en 1923, para que se eliminara la fecha del calendario de festividades oficiales.
Su reclamo alcanzó tal envergadura, que hasta fue arrestada por disturbios durante una reunión de madres de soldados en lucha, que vendían claveles blancos, el símbolo que Jarvís había impulsado para identificar la fecha.
Ana luchó con insitencia contra la idea que ella misma había impulsado, perdiendo todo el apoyo de aquellos que la acompañaran inicialmente. En un reportaje que le hicieron antes de su muerte Ana mencionó su arrepentimiento total por haber impulsado el Día de la Madre.
Ser Madre
En 1948 se firma la Declaración universal de los derechos humanos donde se reconocían los derechos de la mujer. Con esta Declaración Universal se le permitía a la mujer tener igual de oportunidades que el hombre, aunque todavía faltaba mucho para que éso llegara, pero era un comienzo.La madre de hoy día sabe que tiene muchos derechos y obligaciones, y nada más hermoso de esta vida que ser Madre, traer hijos al mundo, criarlos, ver cómo crecen, dejarlos que un día abandonen el nido, y formen su propia vida es algo maravilloso, eso me decía siempre mi abuela de 70 años.
Sólo la mujer que es madre sabe lo bello que es tener en tu vientre a un ser humano que será tu hijo. Aunque la mujer que por ciertas circunstancias de la vida no ha podido tener hijos, por naturaleza sabe que ser mamá es muy bello, porque lo experimenta viendo a su propia madre o abuela.
Pero ser Madre es un regalo de la vida, y si tienes fe o una religión verás que es un regalo de Dios.
Una niña desde pequeña juega a ser Madre con sus muñecas, y cuando ya es tiempo de serlo se enfrenta a un reto único, tan trascendental, que para una mujer no hay en el mundo nada comparado. Desde la concepción hasta el primer mes, uno vive pensativo, aveces alegre, aveces con miedo, pensando si todo saldrá bien.
Y luego los meses van pasando y llega el parto. Si tienes la suerte de tener a tu marido contigo es hermoso, por ambos compartirán algo inolvidable. Ser madre te cambia la vida, eso es verdad, ya no eres la misma que antes. No, ahora tienes un hijo, una responsabilidad, un ser humano chiquito, pero vivo, y es "tuyo", un ser que te necesita absolutamente para todo.
En pocos días descubres como cuidarlo y asearlo. Distingues sus llantos y respondes a sus necesidades. Aunque aveces no puedas tener un momento para ti para descansar. Pronto se te hace una rutina.
Aveces no duerme todo lo que quisieras y las por las noches el bebé necesita de ti, pero ni siquiera te importa. Es tan agradable estar con tu bebé que disfrutas plenamente cuando lo tienes en tus brazos, en la cuna, o a tu lado, aunque no te deje dormir y te quite horas de sueño.
Ahora lo acaricias lo besas, le das de tomar el pecho, que es lo más hermoso para tí y para el bebé, ya que se establece una comunicación entre ti y tu hijo. Mientras amamantas tu hijo aliña sus ojos con los tuyos, y se crea un vínculo muy fuerte y único. Nunca dejes darle el pecho a tu hijo!
En una palabra, quienes somos Madres somos benditas, ya que hay muchas mujeres que no tienen la dicha de tener hijos.
Y aunque muchas mujeres recurren a la adopción se hacen igual Madres, ya que Madre se nace y se hace, es un algo innato en la mujer y que el hombre puede ayudar a una mujer a cumplir su sueño, el se Madre!
Cría a tus hijos y sabrás cuánto debes a tu padres. Por eso debemos amar y respetar mucho a nuestra Madre ya que ella nos ha traido al mundo.
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